La muerte de un viajante

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Por morboso que resulte, el hecho de que la muerte del CEO de una empresa de altos vuelos pueda llevar a dicha empresa a la ruina se ha convertido en un fenómeno.

Esto puede deberse a que, en efecto, se trate de una empresa donde todo lo hace uno y cuyo futuro depende del conocimiento intrínseco de la industria, de los clientes y del estado interno de la empresa que solo el CEO puede dominar. También puede ser el caso de que el CEO sea de esa especie de malabaristas financieros que puede mantener el cohete en órbita él solito. Esta es una forma políticamente correcta de explicar, por ejemplo, el derrumbe del imperio de Robert Maxwell las semanas posteriores a su muerte. 

¿Cuántas empresas podrían haber sufrido un derrumbe en la crisis crediticia si los altos puestos no hubieran estado ahí para luchar contra una acción en la retaguardia al borde del abismo corporativo? 

Cuando la tragedia golpea, si usted tiene acciones o está buscando vender empresas en corto entonces debería prestar especial atención a las sustituciones o a los fallecimientos en las gerencias de altos vuelos de las empresas de altos vuelos.

Ya hemos hablado del “subir como un cohete y caer como una piedra” y esto es solo otro ejemplo más.

A veces no es necesario el fallecimiento de un CEO, basta con su sustitución para provocar el derrumbe. Si la nueva gerencia se encuentra frente a una situación que no entienden o que no pueden manejar, será muy capaz de hundir la empresa antes que dimitir.

Visto esto, si esta empresa de altos vuelos tuviera una predilección por las camisetas de fútbol y acabara de sufrir irregularidades en la contabilidad, a usted ya no le haría falta ni mirar la gráfica de estas acciones para decidirse rápidamente.