Los precios del oro cayeron ligeramente durante la sesión asiática del jueves, presionados por toma de ganancias, incluso cuando aumenta la confianza de que la Reserva Federal recortará las tasas de interés la próxima semana.

A las 02:28 ET (07:28 GMT), el oro al contado bajaba 0.3% a 4,191.55 dólares la onza, mientras que los futuros de oro en EE. UU. para entrega en febrero también retrocedían 0.3% a 4,219.46 dólares.

Datos de EE. UU. refuerzan las apuestas por un recorte de tasas

La caída se produjo aunque los mercados mantienen casi un 90% de probabilidad de un recorte de 25 puntos básicos en la reunión de la Fed del 9–10 de diciembre, según el CME FedWatch.

Las cifras más recientes de EE. UU. reforzaron esta visión. El informe ADP mostró que las nóminas privadas cayeron en 32,000 en noviembre, un giro brusco frente al aumento revisado de 47,000 en octubre y muy por debajo de lo esperado.

El índice de servicios del ISM registró una expansión moderada, pero varios componentes señalaron un enfriamiento del sector.

Ahora los inversionistas esperan el informe PCE de septiembre —el indicador de inflación preferido por la Fed— que se publicará el viernes, para tener una señal más clara sobre la agresividad del recorte de tasas.

La incertidumbre aumentó después de reportes que señalan que la administración Trump canceló entrevistas con varios candidatos a reemplazar a Jerome Powell, alimentando especulación de que Kevin Hassett podría convertirse en el próximo presidente de la Fed. Una dirección más dovish podría favorecer activos sin rendimiento como el oro.

Metales a la baja

El retroceso alcanzó también a otros metales preciosos e industriales, ya que los operadores ajustaron posiciones antes de la decisión de la Fed.

Los futuros de plata cayeron 1% a 58.00 dólares la onza, mientras que el platino bajó 1.3% a 1,661.60 dólares.

En el mercado de metales básicos, el cobre de referencia en la Bolsa de Metales de Londres retrocedió 0.2% a 11,455.260 dólares por tonelada, mientras que los futuros de cobre en EE. UU. se mantuvieron estables en 5.39 dólares por libra.

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