La reciente asamblea general anual de Tesla (NASDAQ:TSLA) dejó a los inversionistas mucho en qué pensar más allá de la aprobación del paquete de compensación de 1 billón de dólares de Elon Musk, según Morgan Stanley.

El analista Adam Jonas escribió en una nota a los clientes que, aunque la votación de los accionistas fue el “punto más importante”, también existen varios otros factores que podrían “influir en el precio de las acciones en los próximos 6 a 12 meses.”

Uno de los temas clave, según Morgan Stanley, es la inversión pendiente de Tesla en xAI.
“Van a tener que volver a abordar este tema,” afirmó Jonas, y añadió que “la relación de Tesla con xAI (financiera y estratégicamente) es determinante para el éxito a largo plazo de Tesla, en parte debido a las sinergias naturales entre datos, software, hardware y manufactura en bucles recursivos.”

Jonas también destacó los comentarios de Musk sobre la tecnología de conducción autónoma (Full Self-Driving), especialmente su afirmación de que la versión 14.3 permitirá a los conductores “textear mientras conducen”, lo cual fue recibido con fuertes aplausos.
Morgan Stanley calificó ese momento como significativo, señalando que “transferir la responsabilidad de la operación segura de un vehículo del ser humano al algoritmo representa un momento tipo ‘máquina de vapor’ para el transporte.”

Otro punto central fue la sugerencia de Musk de que Tesla podría necesitar ‘construir una gigantesca fábrica de chips’.
El banco señaló que esta decisión garantizaría un “suministro resiliente e innovación continua” mientras Tesla busca integrar verticalmente la producción del “cerebro de inferencia” detrás de sus plataformas de robótica e inteligencia artificial.

Finalmente, Jonas resaltó la visión de Musk de crear una “prodigiosa nube de inferencia distribuida”, donde los vehículos Tesla inactivos podrían ejecutar tareas de inteligencia artificial.
El analista considera que esto podría eventualmente involucrar “decenas de miles de millones de computadoras de inferencia equivalentes a Blackwell en el perímetro,” formando una red global de “inteligencia distribuida, en enjambre y de baja latencia.”

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